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​Los seres humanos interactuamos con una extraordinaria matriz informacional holográfica omni-abarcante, de enorme complejidad y nuestro cerebro está cableado para que interactuemos naturalmente con dicho campo, sólo debemos saber cómo hacerlo, nada más.

En los últimos años ha habido un considerable aumento en el número de investigadores que estudian cómo el cerebro vive la espiritualidad.  Al parecer, en personas altamente espirituales existirían los llamados “Neurotransmisores de Dios” que estarían ausentes en personas que no desarrollan alguna práctica espiritual, sean religiosas o no.

 

En los estudios de laboratorio, cuando se escanea a una persona en el momento en que está pensando en Dios o como se quiera llamar a esa Inteligencia Omnipresente en todo cuanto nos rodea, el cerebro de la persona en cuestión registra un cambio fenomenal. De hecho, las personas con una gran vida espiritual presentan en los estudios un marcado engrosamiento de la corteza cerebral.

 

Al parecer, el creer y tener fe en lo trascendente, como sea que se lo pueda concebir, crearía una nueva red de transmisores neuronales alterando completamente la manera en la que el cerebro funciona.

 

Este tipo de experiencias abrió un camino de investigación para la ciencia: la neuro-teología, una rama de las neuro-ciencias que pretende comprender la religiosidad, la espiritualidad y el misticismo desde un punto de vista neuro-biológico.

Una de sus preguntas es: ¿existe acaso un lugar específico para la Divinidad en nuestro cerebro? La respuesta parece ser: SI.

 

Podemos trabajar con ella, como trabajamos con nuestro cuerpo en un gimnasio independientemente de nuestras condiciones actuales. Nunca es tarde para usar nuestro cerebro en todas sus dimensiones: las que usamos y las que están aún sin usar.

 

Hemos de recordar que se necesita una gran cantidad de energía neuronal para permanecer conscientemente despiertos, lúcidos y alertas y a medida que envejecemos, nuestro cerebro se torna menos eficiente energéticamente.

 

Para qué hacer este entrenamiento:

 

Para despertar, estimular y reforzar las zonas del cerebro asignadas a la felicidad y la tranquilidad  con el consiguiente aumento del sentido de auto-conciencia, del cociente intelectual, de los estados positivos y de la capacidad creativa.

Para intensificar cualquier tipo de experiencia espiritual logrando experiencias trascendentes de forma muy natural, acallando el bullicio interno

Para retrasar / impedir  el deterioro cognitivo y la aparición de patología neuro-degenerativa

Para retrasar el proceso de envejecimiento a distinto nivel: cognitivo, emocional y físico

Para aumentar el sistema inmunológico

Para aumentar el desarrollo cognitivo y la memoria potenciando la atención y la conciencia del tiempo presente

 

Condiciones:

 

Cualquiera puede tomar este entrenamiento, sin que sea necesario ningún requerimiento previo.

Trabajo individual y personal via Whatsapp. Se adecúa días y horarios a la conveniencia del cursante.

Total de encuentros: 8, que se programan en forma individual.

Trabajo teórico-práctico. Se entrega material de apoyo. No se requiere ningún tipo de conocimiento previo.

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